viernes, 22 de junio de 2012

La tesis totalitaria

Les quería compartir un resultado de nuestros encuentros. Las imágenes no van así en la tesis, pero no importa.


  







Para concluir esta tesis, quisiera partir de mis seis fotomontajes, ilustraciones y la pintura que he dejado iniciar cada capítulo sin mayor discusión, yuxtaponiéndolos aquí a las discusiones y del material del diario de campo. Se trata entonces de seis temas principales, discutidos en seis capítulos – aparte de la introducción - pero funcionando como un conjunto, con partes que se entrelazan; la manera que he escogido ordenarlos corresponde a un esquema retórico, pero la idea, como he señalado en la introducción, es que se pueda leer en cualquier orden, según el interés de cada lector. Por mi propia experiencia estoy convencido de que esa manera de leer libros es bastante común, por los intereses particulares de cada lector. He intentado no dificultar ese tipo de lectura. Pero también tiene la finalidad de recordar de la presencia del autor y la interpretación activa del lector.


El uso de imágenes es un recurso mnemotécnico antiguo, que ha sido utilizado en la retórica para acordarse de partes de un discurso verbal. Es más fácil acordarse de una imagen que de una serie de palabras. Pero mi deseo es que las imágenes no solamente funcionen como logotipos de la palabra, sino que pueden agregar contenido en sí mismas. Aunque el objetivo general del tipo de escritura que empleo es lograr claridad en la exposición, es ilusorio pensar que las palabras fueran transparentes. Si la economía del poder trata del discurso como un conjunto de enunciados de diferentes índoles en formación, y la economía es entendida simultáneamente como “materia” y “símbolos”, el uso de imágenes, voz y video tiene un punto pedagógico. Aunque la tesis se centre en un tipo de enunciados - los escritos - no se puede separar de nuestras imágenes de las cosas (como tampoco de nuestro habitus). Ambos casos  
presentan problemas por comunicarse, pero mi deseo es que se puedan complementar; las diferentes formas comunicativas desde luego tienen diferentes fortalezas y debilidades. No estoy pensando aquí en primer lugar en la ciencia en general, que – como ha señalado Derrida - tiende a privilegiar la escritura (Derrida, 2005). Más bien pienso en la dificultad que generalmente tiene la imagen por obtener la precisión de la palabra, así como una imagen en muchos casos puede visibilizar una totalidad que la letra y la palabra no; a través de su forma y colores habla además a la visión de una manera más variada que la imagen de un texto. Casos parecidos se podría hacer para el video y la pura voz, sin elementos visuales, que genera otra relación que la escritura. La voz, estoy seguro, se percibe, por razones históricas, como una puerta más directa a la persona que las palabras escritas, como si la voz no se pudiera controlar de la misma forma que la escritura, y porque la voz siempre recuerda de la existencia del emisor de una manera que la letra no necesariamente hace. La variedad de formas expresivas, entonces, podría dar una idea más completa del discurso que busco transmitir. Al mismo tiempo, el uso de los elementos no escritos es una apuesta algo complicada, justamente por la concentración general en la escritura en la academia.

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