lunes, 2 de abril de 2012

IN TÉCPATL TLAMACHINTLAHLI

El pensamiento que emerge de estar sembrado en el corazón
Refelxión para comprender qué perspectiva teórica-epistémica
está sosteniendo el trabajo

Este texto no pretende ser ni siquiera un primer borrador. Intenta más bien ser una invitación. Mía, propia, de con quienes dialogo y construyo en conjunto. Un buscapiés que vaya poniendo los cimientos de una reflexión más amplia al respecto de la mirada teórica-epistémica que está detrás de todo esto, así como de la narrativa que la intentará articular al interior de la tesis.

Hoy por la mañana mientras me bañaba pensaba en cómo iba a hacer para resolver esta cuestión de la semana convocada por el compa Marco y tan sonada en el seminario ciesas. Esta necesidad de lo que recalcaba Pier acerca de tener un chimali argumentativo, pero necesidad también y sobre todo, de entretejer la complejidad que ha implicado el proceso de investigación. Así llegué a platicar con Xóchitl.

Coincidimos en la idea de comenzar cada capítulo con una narración que en textura y contenido logre dar una introducción al respecto. Un relato construido para comunicar el gozo del proceso creativo con su complejidad; logros, retos, dificultades, aportes etc. Un ejercicio que logre entrelazar un malinali que se teje a partir de tres hebras:

• El posicionamiento ético, metodológico, epistémico
• La experiencia etnográfica del trabajo con la gente
• La Articulación con quienes previamente han escrito sobre el tema

Una reflexión construida a partir de respondernos para quién, para qué, con qué y cómo hacemos el trabajo, quienes somos y en qué momento de la historia lo hacemos. Un espejeo que nos hable de la posicionalidad y la idea de crear un conocimiento situado, que busque hacer un análisis reflexivo que sirva de eje de todo el trabajo.

Esto consiste, así como decíamos con Xóchitl el otro día, en espejear lo que hemos cocinado en conjunto quienes participamos en el trabajo y ahora decir que eso que hacemos, eso que decimos, entra en ciertos debates académicos y la manera en que intentamos entrelazarnos con ellos; qué cosas han dicho otres también al respecto, cómo y desde dónde lo hacen, y cómo podemos con elles armar el malinali. Entonces ese será el marco general de la reflexión inicial de cada capítulo, con la idea además de que cada comienzo de capítulo ofrezca también los ejes analíticos específicos que cada apartado convoca; dando la pauta a que armoniza cada uno de ellos, pero intentando mantener la unicidad del relato de toda la tesis.

Hasta ahora sólo he construido el primer diálogo al respecto de por qué considero que es importante iniciar la tesis con una parte histórica. Esos son los cimientos de la introducción teórica del primer capítulo.

POR QUÉ LA MEMORIA, CÓMO Y PARA QUÉ DIGNIFICARLA

Este apartado es una respuesta a la respuesta que la compa Mónica hizo de mi invitación para la construcción del tataranieto del ahuizote, nuestra sección de la revista K´uxaelan y programa de radio:

PROPUESTA PARA EL PRIMER RELATO.
Pues bien, me parecen buenas tus propuestas de texto que vienen aquí, sin embargo, considero que antes de introducirnos a argumentar sobre el titulo o nombre de la sección o programa, es necesario según mi visión preguntarnos: ¿Por qué historiamos? ¿Por qué es importante apelar a las voces ocultas de la memoria colectiva que no están en la historia oficial o nada más están de pasadita? Es decir, por qué volteamos la cara al supuesto pasado muerto, pestilente y por ello enterrado. Me parece que si iniciamos con esto podemos argumentar que a través del tiempo quien tiene el poder es el que escribe o reconstruye la historia, una historia que como ha dicho Galeano ha sido escrita para América o Abya Yala desde afuera, desde la visión de los hombres, una historia de machos y para machos (donde las mujeres tienen un papel a la sombra de los caudillos y señores), contada y reproducida para que el poder de los hombres se perpetué. Ha sido una historia de blancos, absolutamente racista donde los movimientos o la organización de los pueblos originarios y afros no se mencionan, o si se hace se distorsionan los hechos, se les condena, justificando con ello la represión salvaje y el sistema colonial en que se vive o mejor dicho en que se vive sometido. Una historia donde lo que se busca es el folklor de los atributos culturales de los pueblos originarios para comercializarlos o mostrarlos como piezas de museo más parecidos a un zoológico humano. Como bien apunta Bonfil Batalla, una historia de engrandecimiento del indio muerto, de ese indio de las zonas arqueológicas, no del indio vivo.

Ha sido una historia de ricos que corresponde a sus necesidades para justificarlas y ampliarlas. Tenemos una historia de militares, una memoria que concentra en su seno el uso de la fuerza, de hechos sangrientos, de vencedores y vencidos, y yo añadiría a esto que menciona Galeano, una historia limitada a las batallas públicas y sangrientas, que se concentran en el espacio público, lejano de la cotidianidad y de la vida privada que es ahí el verdadero sustento de la resistencia, este tipo de historia es en verdad la más difícil, más para los que no vivimos ahí o presenciamos esto, es por ello de la necesidad imperante de hacer nuestra la propia historia, que no vengan de fuera a contar lo que vivimos y hacemos, aprender a reencontrarnos con nuestras voces, siempre habrá un oído atento y un corazón que quiera aprender, escuchar y compartir. Por último, nos hemos acostumbrado a una historia maniquea, una historia de buenos y malos, que tal parece que no son mujeres y hombres quienes la hacen, que tienen pasiones, intereses, miedos, filias y fobias y que su actuar corresponde además a un contexto histórico y social concreto. Es, en este tipo de historia donde se ha omitido, justificado y ocultado conscientemente, grandes genocidios, e injusticias en pro de una “gran causa” en la que no están incluidos los disidentes y los de abajo.

Ante lo dicho arriba, ¿es necesario historiar Jaime? ¿Para qué hacerlo? ¿Cómo hacerlo en el seno del movimiento social y político en el cuál se participa?

RESPUESTA DE LA PROPUESTA PARA EL PRIMER RELATO 
Por qué la historia, por qué la memoria, por qué dialogarla, por qué traerla al ahora, al nosotros, al después, al para allá

Cuando está de veras viva, la memoria no contempla la historia, sino que invita a hacer-la,
La memoria está en el aire que respiramos. Ella, desde el aire, nos respira.
Es contradictoria, como nosotros.
Nunca está quieta. Con nosotros, cambia.
(…) La memoria viva no nació para ancla.
Tiene, más bien, vocación de catapulta.
Quiere ser puerto de partida, no de llegada.
Ella no reniega de la nostalgia, pero prefiere la esperanza,
su peligro, su intemperie.

Un malacate mío de Eduardo Galeano


Entonces Moni ¿Por qué historiamos? ¿Por qué es importante apelar a las voces ocultas de la memoria colectiva?

Al pasado hay que mantenerlo vivo, hay que hacerlo resurgir de esa muerte a la que lo pretenden condenar. Convertirlo de algo enterrado y pestilente a algo que respira, que está lleno de colorido.

La memoria y la historia son procesos sociales, culturales y políticos que vamos construyendo (Hollbwach). La memoria es ese relato que permanece en nosotros como personas y grupos. La historia es una herramienta que nos permite plasmar ese relato, potenciarlo, ayudar a traer la memoria al nosotros, a lo que somos, a través de un proceso comunicativo. Historiar es una forma de hacer y mantener viva la memoria, hacerla un espejo. Tenerla a la mano para contarla, mantenerla en movimiento.

Como decía la historia es una herramienta, una más de las formas de creación humana, que como todas está a expensas del poder que nos trastoca (Foucault). Como dices hay una historia hegemónica, patriarcal, capitalista, una historia de ricos que corresponde a sus necesidades para justificarlas y ampliarlas, un instrumento de dominación que deshumaniza. Un relato épico ampliamente reproducido que ha hecho que nos acostumbremos a esa historia maniquea de la que hablas, que invisibiliza a las mujeres y hombres que la viven día a día con sus complejidades humanas que trata de acallar sus voces, que nos hace pensar que la historia se hace allá arriba, lejos de quienes la construimos en la cotidianidad como procesos amplios y complejos

Pero también existe la contramemoria o memoria contrahegemónica (Connerton, Foucault) la historia otra, la nuestra, la que hacemos, la que construimos desde el movimiento como un ejercicio contrahegemónico. La que va contra lo que te quieren hacer aprender en la escuela para que seas un buen ciudadano reproductor del sistema. Una que nace de ese ejercicio de Genealogía (Foucault), que es crítica porque supone el ocaso de los ídolos (Nietzsche) que desmitifica al ofrecer otra miradas, al construir un relato desde el resurgir de nuestra memoria.

La memoria histórica es una herramienta de lucha, algo que nos permite una reflexión y crítica sobre nuestro acontecer político y social desde una perspectiva de largo aliento. Recordamos nuestro pasado, recordamos a nuestros muertos, y los hacemos vivos para poder seguir mirando el horizonte. Para que la memoria nos cobije y dé rumbo, que nos dé una posibilidad de construir hacia delante y seguir alimentando ese horizonte de lucha, que sólo podemos tener si tenemos claro de dónde venimos, quiénes somos y cómo hemos luchado. Necesitamos la memoria para seguir adelante, una historia que quienes han hecho la memoria tengan oportunidad de contar, de hacerla y serla. Creo por lo tanto también que es nuestro papel hacer llegar esas herramientas a los protagonistas de esa historia, tender un puente y en diálogo construirla con ellos, con nosotres.

SIGUIENTES DOS APARTADOS:

- HACEMOS PARA SER EN Y DESDE LA CONSTRUCCIÓN DE OTRO MUNDO; SOBRE EL DIALOGO Y LA CONSTRUCCIÓN COLECTIVA


- NUESTRA LECTURA DE LA HISTORIA Y NUESTRO POSICIONAMIENTO POLÍTICO-ÉPISTÉMICO: COLONIALIDAD, DESARROLLO Y CONTRAHEGEMONÍA




2 comentarios:

  1. esta chingon! que bueno tener una contraparte para el dialogo... ese espacio donde espejearnos, donde vernos y reconocernos, saber que no estamos solos, que somos much@s en el camino de ver, pensar y sentir las cosas que nos duelen y nos motivan para cambiarlas, para cambiarnos...

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  2. Me pregunto si no ayudas también en la construcción de una historia "oficial", homogénea, para poder crear la tuya como la alternativa. Muchos autores "occidentales" desaparecen, mientras otros aparecen entre paréntesis, pero ahora como ejemplos de la "otra" historia (¿porque sí hablas de Paul Connerton, el sociólogo de Cambridge, verdad? Al igual que Maurice Halbwachs, el sociólogo francés, y bueno, Nietzsche y Foucault... todos hombres por cierto). Tal vez habría también que recordar "De los caníbales", de Michel de Montaigne, "La ciudad de las damas", de Christine de Pizan, pero también recordar historias más recientes, como "Black Athena" de Martin Bernal, o ¿por qué no "Image on the Edge", de Michael Camille? O novelas! Las burlas de Rabelais, en "Gargantua", o "Los cuentos de Canterbury" de Chaucer, ¡o los poemas de Sapfo! No quiero mencionar a Rousseau, pero igual habla de las tensiones en las historias "europeas".

    Tal vez habría que ver la construcción histórica como algo siempre insertado en "campos de poder" (o luchas hegemónicas: la hegemonía de Gramsci, como yo lo he entendido, no se trata de la dominación sencilla - se trata de un espacio de luchas constantes). Esa historia a la cual te contrapones, ¿quién la escribe concretamente? Es una pregunta sincera: creo que te podría ayudar a tener contra quien argumentar. No creo tampoco que sería difícil encontrar historiadores de ese tipo, pero tengo la sensación que sobre todo están en los libros para la primaria... ¿qué representan, y por qué no incluir a otros, como los que he mencionado?

    La idea de la "historia de nosotros" la veo problemática, porque mantiene divisiones de nostotros-ellos, bueno-malo, lo que parece que quieres criticar. Además, no creo que "somos" nuestros actos, ni los actos de nuestros antepasados.

    Pues ahí está otra vez una crítica tal vez demasiado fuerte... creo que necesitamos seguir dialogando sobre las formas de criticidad...

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